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sábado, 14 de julio de 2012



Berlín, 1901 - París, 1992) Actriz cinematográfica alemana. Hija de un policía y de una dama de buena cuna, desde muy pequeña recibió una formación muy severa que cuidaba tanto sus modales y educación como su manera de vestir. Esta formación y sus aptitudes musicales la introdujeron en el mundo del cine como miembro de orquestas que acompañaban a las proyecciones de cine mudo.


Con apenas 19 años (en este momento ya se presentaba como Marlene, nombre que le surgió de fusionar sus dos nombres: Maria y Magdalene) fue rechazada por el director teatral Max Reinhard cuando intentó entrar en la Deutsche Theaterschule, aunque dos años más tarde lo conseguiría, y durante un tiempo alternó sus clases con breves apariciones en otros espectáculos y algunas películas dirigidas por Georg Jacoby (Los hombres son como esto, 1922) o William Dieterle (Un hombre al borde del camino, 1923), entre otros. Se casó con Rudolf Sieber en 1924, tras conocerse en el rodaje de Tragedia de amor, de Joe May. Comenzó a ser reclamada para diversos papeles por directores como George W. Pabst (Bajo la máscara del placer, 1925), Alexander Korda (La moderna Du Barry, 1926) y Gustav Ucicky (Cuando la mujer pierde su camino, 1927).


Sin duda, el momento más importante de su carrera tuvo lugar cuando Joseph von Sternberg la llamó para interpretar el papel de Lola-Lola en El ángel azul (1930), una de las películas más importantes de ambos y de la historia del cine; una historia sobre la decadencia humana en la que Marlene/Lola demuestra una pasión encendida para todos los que se mueven a su alrededor.


El éxito y la popularidad que alcanzó tras el estreno de la película la llevó a Hollywood, en donde la Paramount la contrató para intervenir en Marruecos (1930) al lado de Gary Cooper, el galán del Estudio. Fueron dirigidos por Sternberg, quien la tuvo a sus órdenes en otras cinco películas más, cubriendo una de las etapas más interesantes de sus respectivas carreras y convirtiéndola, asimismo, en una de las actrices más taquilleras de la década de los treinta.

Si en cada uno de sus nuevos trabajos Sternberg supo descubrir en su actriz algún detalle diferente, el público la buscó siempre encantado por su deslumbrante presencia y su mágica expresión, sorprendiéndose con personajes como el de Shanghai Lily en El expreso de Shanghai (1932). Fueron unos años de creciente popularidad que finalizaron con la separación artística del director y la actriz.


Tras este idilio creativo, Marlene inició una nueva etapa en la que trabajó con directores como Frank Borzage (Deseo, 1936), Richard Boleslawski (El jardín de Alá, 1936; trabajo por el que cobró uno de los salarios más altos del momento) y Ernst Lubitsch (Angel, 1937). A lo largo de los años cuarenta trabajó en todo tipo de producciones, especialmente en westerns como Arizona (1939), de George Marshall, o Los usurpadores (1942), de Ray Enright, junto a James Stewart y John Wayne.


Antes de la Segunda Guerra Mundial obtuvo la nacionalidad estadounidense, gesto que le hizo participar activamente en la venta de bonos y formar parte de las comitivas de artistas que se desplazaron al frente durante la contienda. A lo largo de los años cincuenta sus apariciones en cine fueron más esporádicas; apenas destacan sus trabajos en Pánico en la escena (1950), de Alfred Hitchcock, y Encubridora (1952), de Fritz Lang, uno de su western más especiales.


Sus apariciones posteriores dejaron la impresión agridulce de quien supo dar todo lo mejor de sí en papeles en donde la belleza, marchita ya por el paso del tiempo, transmite una cierta añoranza de tiempos mejores. Es así como se recuerda su trabajo, siempre efectivo, en Testigo de cargo (1957), de Billy Wilder; Sed de mal (1958), de Orson Welles; y ¿Vencedores o vencidos? (1961), de Stanley Kramer. En los primeros años sesenta decidió abandonar prácticamente el mundo del cine, dedicándose con intensidad a la música, actuando en directo y grabando numerosos discos tanto en Europa como en Estados Unidos.


Marlene Dietrich se convirtió en uno de los mitos del cine, y como tal fue reverenciada por muchos espectadores que acudieron en masa a ver todas sus películas; fue una actriz con gran variedad de registros expresivos que engrandeció con sus canciones y actuaciones de baile. Por su fascinante personalidad (arrolladora en muchos instantes de su vida), se convirtió en la mujer fatal arrebatadora y enigmática que, más allá de representar en sus papeles, interpretaba durante su propia vida. Sus hermosas piernas y la voz ronca han quedado como iconos (visuales y sonoros) representativos de una trayectoria que se movió en los márgenes de un romanticismo abocado, irremediablemente, a la fatalidad.

lunes, 19 de marzo de 2012

Ya están disponibles en Internet documentos personales y obras científicas de Albert Einstein

Albert-Einstein
La Universidad Hebrea de Jerusalén anunció el lanzamiento de un avanzado archivoen Internet con todos los documentos personales y obras científicas de Albert Einstein.
El archivo digital, que puede ser visitado en su página web, muestra a "un genio (en su faceta más) humana", según el presidente de la Universidad Hebrea, Menajem BenSasson, quien destacó que este proyecto trata de "universalizar el conocimiento".
El objetivo es colgar en la red toda la obra, documentos personales y correspondencia de un hombre que revolucionó la ciencia del siglo XX con teorías, como la de larelatividad, que siguen en pie hasta el día de hoy. "Lanzamos un proyecto que nos permite exponer al público los tesoros del conocimiento. Einstein dejó el archivo para darlo a conocer al mundo y lo hacemos de la mejor manera posible: en la red", subrayó Ben Sason.
Entre los papeles del científico, una carta de los años cuarenta al palestino Azmi El-Nashashibi, editor del periódico "El Falastin", en la que propone una original solución alconflicto entre árabes y judíos.
Hasta finales de 2012 serán subidos al nuevo sitio de Internet unas 80.000 páginas, en una iniciativa en la que participan la editorial de la Universidad de Princeton, que publica en papel los trabajos del investigador fallecido en 1955, y el Einstein Papers Project (EPP) del Instituto Tecnológico de California, que los edita.
http://www.alberteinstein.info/

jueves, 20 de octubre de 2011

Hablar fácil



Cuando era pequeño y vivía en Creta, Ioannis Ikonomou escuchaba a los turistas hablar en la playa. Aunque las palabras que oía no significaban nada para él, Ikonomou estaba decidido a buscar sentido a ese galimatías de diferentes sonidos. Cuando tenía cinco años, se hizo con un libro de texto alemán. Se sentó todo el día en la playa, inmerso en lo que estaba leyendo. Cuando se fue a casa, había captado los rudimentos de la gramática alemana. También estaba tan quemado por el sol que apenas podía moverse.

Cuarenta y dos años más tarde, Ikonomou, hablando ahora con soltura en 32 idiomas, vive en Bruselas, donde es el traductor estrella en el Parlamento Europeo. Si no supiéramos que es un mago del lenguaje, lo podríamos adivinar por las pilas de diccionarios que salpican su piso. En el rincón, la televisión muestra un programa chino con el volumen bajado.
Como corresponde a su profesión, Ikonomou tiene algunos hábitos de visionado extraños. Todas las noches, le gusta ver su programa de tertulia favorito ruso. Después, ve simultáneamente las noticias en español y en portugués antes de relajarse con un culebrón albano.
Ikonomou se describe como una personalidad dividida. “Hay una parte en mí que es como Indiana Jones,” comenta. “Siempre estoy esperando ir en busca de algo y sumergirme en otras culturas.”
Hay que decir que Ikonomou no se parece mucho a Indiana Jones: es un hombre de mediana edad, con entradas, con un estilo muy intenso. Pero aquí es donde entra el otro lado de su personalidad. Como admite con felicidad, “Hay también una parte de mí que es un poco gansa.”
Para cuando cumplió 10 años, Ikonomou había conquistado el inglés y el alemán y estaba haciendo ejercicios de calentamiento para comenzar el italiano. Ya resultaba claro que tenía una aptitud sorprendente para los idiomas, pero cree que había algo más que eso.
“Hasta donde yo me acuerdo, quería ser diferente. Quería a mis padres y a mi hermana, pero el mundo en el que vivían me parecía muy normal. Odiaba la idea de ser normal. Podía ver que aprender idiomas podía darme la llave a todos esos nuevos mundos.”
En lo que respecta a Ikonomou, aprender un idioma tiene mucho más que ver que dominar su vocabulario; tiene que ver con sumergirse en cada aspecto de la cultura de un país.
Cuando cumplió 18 años, se hizo amigo de algunos seguidores de Hare Krisha en un viaje a Londres. Volvió a casa armado con libros sánscritos Teach Yourself (Aprende por ti mismo) y una pila de CDs de música india, y rápidamente se convirtió en un vegetariano estricto; no tocó la carne durante los siguientes 18 años.
Poco después, se fue a Turquía. En ese tiempo, las relaciones diplomáticas entre Grecia y Turquía estaban en un punto particularmente bajo y resultaba insólito que un griego quisiese aprender turco. Ikonomou, sin embargo, estaba decidido a utilizar su capacidad lingüística para romper todas las barreras posibles.
“Visité la principal mezquita en Estambul y me quedé cuando comenzaron las oraciones. Miré lo que hacía la gente y empecé a imitarles muy torpemente. Después, todas estas personas me abrazaron. Eso me causó una gran impresión. Había supuesto que serían suspicaces, pero como pude explicar lo que estaba haciendo allí, no podían haber sido más agradables.”
Cuando Ikonomou salió de Turquía, inevitablemente hablaba con soltura el turco. Pero eso no era todo: también había aprendido turco otomano, el idioma administrativo del Imperio Otomano. “Ni siquiera los turcos lo entienden en estos tiempos, a menos que estudien árabe y persa.”
Después de tres años de estudiar lingüística en la Universidad Aristotélica de Tesalónica, la cuenta de idiomas que llevaba aprendidos ascendía a 12. Estos idiomas incluían el búlgaro, el servo-croata y el polaco. Después vino el chino, que inició sin darse cuenta jugando un día en el que tenía unas horas libres. “Me estaba suscribiendo a una revista de propaganda en idioma inglés llamada China Reconstructs (China reconstruye). Tenían unas lecciones básicas en chino en las páginas traseras y pensé que sería divertido si pudiese agrupar unas frases.”
¿Pero qué iba a hacer Ikonomou con todos estos idiomas? Aunque siempre había visto para sí mismo una carrera en lingüística, no tenía ninguna prisa por ponerse a trabajar en serio. “Tenía la suerte de que mis padres estaban en una situación bastante acomodada. De los veinte a los treinta años, pasé la mayor parte viajando y haciendo trabajos de postgraduado en los Estados Unidos. Después dio la casualidad de que la responsable de traducción del Parlamento Europeo había oído hablar de mí, y me preguntó si estaría interesado en trabajar allí.
Acabó siendo enviado a un curso de traducción simultánea en Tenerife que, comenta, es la cosa más estresante que he hecho nunca. “Solía despertarme en mitad de la noche con pesadillas sobre la incapacidad de seguir, o pensando: “Oh, Díos mío, se me ha escapado lo que ha dicho esa persona.” Pero, afortunadamente, pasé la prueba al final y vine a trabajar aquí a Bruselas.
Durante los años siguientes, Ikonomou fue intérprete de la mayoría de jefes de estado que vinieron a pronunciar un discurso en la UE: “Felipe González, Tony Blair, Helmut Kohl... Fui intérprete de todos ellos.” Pero mientras pasaba los días hablando suavemente al oído de todos ellos, Ikonomou nunca se reunió con ninguna de las personas para las que traducía.
“Siempre estaba encerrado en mi pequeña cabina, completamente invisible. Era una existencia muy extraña. Recuerdo que una vez compartí un ascensor con Tony Blair, pero, por supuesto, él no tenía ni idea de quién era yo.”
Aunque puede haber sido invisible para las personas para las que traducía, Ikonomou rápidamente se convirtió en una leyenda en Bruselas. La Comisión Europea bullía con lingüistas, pero no había nadie como él, nadie que pudiera hablar con soltura en esloveno, como él, en solo un mes. “Es cierto que encontré algo de celos. La mayoría de las personas fueron muy agradables, pero creo que algunas se sintieron un poco amenazadas.”
En 2002, Ikonomou dejó de ser intérprete y se convirtió en traductor. Esto implica que la mayoría de las veces está sentado en una oficina en Bruselas, traduciendo los documentos de la UE.
“Superficialmente, es bastante aburrido,” admite. “Pero si hago una sola cosa mal, puede tener consecuencias enormes. Actualmente, estoy traduciendo un documento de inglés a griego sobre inmigrantes ilegales menores de edad. Para la frase open-air facilities(instalaciones al aire libre), por ejemplo, existen muchas formas diferentes de decir eso en griego. Lo que escribo puede marcar la diferencia entre que estas personas sean puestas en un patio de detención o que se les permita jugar al fútbol.”
Recientemente ha vuelto de un curso intensivo de dos meses en Shangai, él es también el único traductor de la UE en el que se confía para traducir documentos de alto secreto en chino.
“No puedo hablar de la mayoría de los textos por razones de seguridad, pero la semana pasada hice una traducción de un documento sobre las rutas de la droga en el Sudeste Asiático. Podéis imaginaros los problemas que podrían ocasionarse si llegase a las manos equivocadas.”
De vez en cuando, mientras está sentado en su casa hojeando uno de sus diccionarios, o echando un ojo a las noticias en portugués, Ikonomou reflexiona sobre cuánto ha logrado por ser tan experto en idiomas.
“Creo que me ha aportado una tremenda percepción sobre cómo viven las personas y la forma en la que se comportan. No puede haber muchas personas que hayan podido conversar con prostitutas en Brasil y con profesores en Pakistán. Quizás no sea tan idealista como lo fui una vez. Aún así, sigo creyendo que muchos de los problemas del mundo surgen sencillamente porque las personas no se entienden.”
 

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La Insólita muerte de Isadora Duncan

Hija de un matrimonio mal avenido y finalmente divorciado, "la ninfa", como se le conocería más tarde a Isadora Duncan, nació el 27 de mayo de 1878, en San Francisco California, Estados Unidos.
La inclinación natural de Isadora, desde niña, fue la danza, siendo tal su entusiasmo por ésta, que a los diez años dejó la escuela para entregarse por entero a su afición.
Contaba con 17 años cuando partió rumbo a Nueva York, con el objetivo de integrarse a la compañía del actor y empresario, Agustín Daly. Duncan intentó en vano convencer al empresario para que éste introdujera una serie de innovaciones que implicaban un nuevo método partiendo de la improvisación para presentar plásticamente los poemas.
Su experiencia en la compañía de Daly, finalmente no la satisfizo y marchó a Inglaterra con su familia, teniendo por objetivo, estudiar, a partir de los jarrones griegos del Museo Británico, los movimientos de la danza antigua.
Creadora de su propio estilo, teniendo como fundamento la danza de la Antigua Grecia, Isadora Duncan comenzó a cosechar triunfos en Londres, tras presentarse en una serie de recitales. El éxito obtenido en Inglaterra le abrió las puertas de los principales teatros europeos, recorriendo Francia, Italia y Grecia.
La nueva estrella de la danza, Isadora Duncan, a quien denominaron "la ninfa", cautivó al público europeo, por la excelencia de su arte en el que conjugaba cuerpo y espíritu y en el que rompía con las severas reglas del ballet clásico.
Para Isadora, el ballet clásico constituía un género ficticio e ilógico, porque ella concebía a la danza como algo armonioso entre los seres y la vida, por lo tanto la danza debía transmitir el amor a la naturaleza y a la vida.
"La ninfa", además de su belleza, poseía un poder de seducción que la mantenía rodeada de amigos, entre los que se contaban intelectuales, pintores y poetas, así como de numerosos admiradores que deseaban conocerla.
La cautivación que ejercía entre los que le rodeaban, determinó que empezaran a ligarla amorosamente con múltiples pretendientes y pronto surgió el mito de que Isadora acarreaba la desgracia a las personas a quienes amaba.
Las desapariciones y extraños sucesos que acompañaron a algunos de sus pretendientes parecían corroborar el supuesto maleficio que proyectaba Duncan y, al parecer, el polaco Iván Miroski fue el primero en sufrir tal sortilegio al ser atacado por unas fiebres malignas, al separarse de "la ninfa".
Mientras Isadora Duncan triunfaba en París, dicho maleficio alcanzó también a sus hijos Deirdre y Patrick, quienes murieron ahogados al caer en las aguas del río Sena el automóvil en el cual viajaban, rumbo a Versalles, acompañados por la institutriz.
Según la misma Isadora, al despedirse de Deirdre, ésta colocó los labios en el cristal de la ventanilla del coche y al posar su boca sobre la de la niña, a través del cristal, tuvo un desagradable presentimiento.
La pérdida de sus hijos fue un durísimo golpe para la bailarina, a grado tal que canceló todos sus compromisos, abandonó temporalmente su carrera y anidó en su mente, en varias ocasiones, la idea del suicidio.
A pesar del dolor que sufría, Duncan, tratando de restañar sus heridas, se dedicó de tiempo completo a la enseñanza en la escuela que había fundado en 1904, pensando en los niños que pudieran necesitarla en el ámbito de la danza.
Otras actividades que llevó a cabo Isadora se relacionaron con campañas de beneficencia, además se propuso dar a conocer sus enseñanzas en otros países, lo que la llevó a Moscú, capital de la U.R.S.S., en 1921. En la U.R.S.S., conoció a Sergei Esenin, poeta y cantor oficial de la Revolución de 1917, con quien contrajo matrimonio.
Dicha unión no resultó tan venturosa; después de recorrer Europa y Estados Unidos, Sergei comenzó a presentar serias depresiones. En busca de la estabilidad emocional del poeta, Isadora y Esenin regresaron a Moscú, sin embargo, su estado anímico no cambió, por el contrario, se agudizó e hicieron presa de él, la misantropía y el alcoholismo, lo que finalmente, decidió a "la ninfa" a divorciarse de él y a abandonar la Unión Soviética en 1924.
De regreso a Europa, en 1925, Isadora Duncan establece su residencia en Niza y poco después, como si el maleficio resurgiera, se entera por los periódicos que su ex esposo se había suicidado.
Refugiada en Niza, Isadora dedicó su tiempo en escribir su libro El arte de la danza y terminar su autobiografía, el primero, con el deseo de proporcionar un compendio de sus enseñanzas.
Con el fin de relajarse un poco, Isadora Duncan, salió a dar un paseo, el 14 de septiembre de 1927, a bordo de su carro Bugatti. Isadora vestía con su habitual lujo. Dando dos vueltas a su cuello, llevaba una largo echarpe de seda que se agitaba libremente al aire de la marcha. No hubo grito alguno, todo sucedió en apenas un instante. La pieza de seda, ondeando alegremente, topó por casualidad con los radios metálicos de la rueda trasera, trabándose con ellos. El efecto fue inmediato, el echarpe se tensó y estranguló violentamente el cuello de Isadora, que se fracturó sin remedio, sin poder librarse del mortal abrazo, murió estrangulada.

martes, 6 de septiembre de 2011

“Ángel para un final”, la canción que despide a Felipe Camiroaga (+ Video)

La familia de Camiroaga, uno de los 21 chilenos que murió en un accidente de aviación el pasado viernes, pidió permiso a Silvio para que esta canción fuera interpretada en las honras fúnebres.
El cantautor respondió en su blog Segunda Cita:Hermanos chilenos, desde ayer pasé a mi representante las siguientes instrucciones: ‘Mary: si puedes escríbele a esta señora y pídele que de mi parte trasmita a los familiares de Camiroaga y al pueblo chileno mis condolencias, y que para mí sería un alto honor que pusieran mi canción en sus funerales, como el pidió. Silvio’.”
Felipe Humberto Camiroaga Fernández (Santiago, 8 de octubre de 1966 - Archipiélago Juan Fernández, 2 de septiembre de 2011) fue un comunicador, actor y uno de los presentadores más reconocidos de la televisión chilena. Camiroaga participó en múltiples programas en Televisión Nacional de Chile (TVN), destacando el matinal Buenos días a todos y Animal nocturno. También participó como actor de telenovelas en Jaque mate y Rojo y miel.

Condujo el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en sus ediciones de 2009 y 2010, ambas junto a Soledad Onetto. Era apodado como “El Halcón de Chicureo” por ser criador de dichos animales y por su residencia en esa zona rural al norte de la capital chilena.
Murió junto a otros 20 compatriotas cuando se dirigían al archipiélago de Juan Fernández, para realizar una acción social.

Miles de chilenos rindieron hoy homenaje a las 21 víctimas del avión siniestrado, un Casa C-212 de la Fuerza Aérea de Chile (Fach), que cayó al mar tras intentar aterrizar en el archipiélago de Juan Fernández, ubicado en el Océano Pacífico, a 700 kilómetros del continente.
El sábado fueron rescatados desde el mar los cuerpos de Erwin Núñez (cabo de la Fuerza Aérea), Galia Díaz (funcionaria del Consejo Nacional de la Cultura), Roberto Bruce (periodista de TVN) y Silvia Slier (productora de la misma estación televisiva).
En el avión viajaban cinco funcionarios de TVN, encabezados por Camiroaga; seis de la fundación humanitaria ‘Desafío Levantemos Chile’, lideradas por el empresario Felipe Cubillos y dos funcionarias del Consejo de la Cultura.
También estaban a bordo dos miembros del Departamento de Relaciones Públicas de la Fach, a quienes se suman los seis miembros de la tripulación de la aeronave militar.
Este lunes, las rejas que circundan el ingreso a TVN amanecieron tapizadas con leyendas escritas en cartulinas en homenaje para Camiroaga y los periodistas Bruce y Slier, la productora Carolina Gatica y el camarógrafo Rodrigo Cabezón.

Ángel para un final

(Silvio Rodríguez)
Cuentan que cuando un silencio
aparecía entre dos,
era que pasaba un ángel
que les robaba la voz.
Y hubo tal silencio el día
que nos tocaba olvidar
que, de tal suerte,
yo todavía
no terminé de callar.
Todo empezó en la sorpresa,
en un encuentro casual,
pero la noche es traviesa
cuando se teje el azar.
Sin querer se hace una ofrenda
que pacta con el dolor
o pasa un ángel,
se hace leyenda
y se convierte en amor.
Ahora comprendo
cuál era el ángel
que entre nosotros pasó.
Era el más terrible,
el implacable,
el más feroz.
Ahora comprendo en total
este silencio mortal.
Ángel que pasa,
besa y te abraza,
ángel para un final.
(1977)

martes, 7 de diciembre de 2010

Las cartas que Gandhi escribió a Hitler

El 23 de julio de 1939, sólo unas semanas antes de que la Alemania nazi invadiera Polonia y el Reino Unido, Australia, Francia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Canadá le declararan la guerra, Mahatma Gandhi le escribió una carta a Adolf Hitler rogándole, por el bien de la humanidad, que hiciera lo posible para evitar el inicio de un conflicto armado que podría causar la muerte de millones de personas, como desgraciadamente así acabó sucediendo.
El gobierno británico nunca permitió que la misiva llegara a manos del Führer:

Carta que Gandhi envió a Hitler el 23 de julio de 1939
Traducción casera:
Querido amigo,
Algunos amigos han estado pidiéndome que le escriba por el bien de la humanidad. Pero me he resistido a su petición porque me parecía que una carta mía sería una impertinencia. Algo me dice que no debo calcular y que debo hacer mi llamamiento por cualquier cosa que valga la pena.
Es muy claro que hoy en día es la única persona en el mundo que puede evitar una guerra que podría reducir la humanidad al estado salvaje. ¿Debe pagar ese precio por un objetivo, por muy digno que pueda parecerle? ¿Escuchará el ruego de alguien que deliberadamente ha rechazado el método de la guerra, no sin considerable éxito? En cualquier caso espero su clemencia si me he equivocado al escribirle.
Un año más tarde, concretamente el 24 de diciembre de 1940, Gandhi escribió una segunda carta al genocida de Braunau am Inn en la que, una vez más, le pidió que pusiera fin a la guerra y que tuviera en cuenta que aun resultando vencedor de la misma, ello no probaría que tenía razón, sino simplemente que su poder de destrucción era mayor que el del resto de contendientes.
Aquí tenéis el contenido de esta segunda misiva (lo siento, pero no he encontrado una imagen de la misma):
Yo no tengo enemigos. Mi ocupación en la vida durante los últimos treinta y tres años ha sido ganarme la amistad de toda la humanidad fraternizando con los seres humanos, sin tener en cuenta la raza, el color o la religión.
Espero que tenga usted el tiempo y el deseo de saber cómo considera sus actos una buena parte de la humanidad que vive bajo la influencia de esa doctrina de la amistad universal. Sus escritos y pronunciamientos y los de sus amigos y admiradores no dejan lugar a dudas de que muchos de sus actos son monstruosos e impropios de la dignidad humana, especialmente en la estimación de personas que, como yo, creen en la amistad universal. Me refiero a actos como la humillación de Checoslovaquia, la violación de Polonia y el hundimiento de Dinamarca. Soy consciente de que su visión de la vida considera virtuosos tales actos de expoliación. Pero desde la infancia se nos ha enseñado a verlos como actos degradantes para la humanidad. Por eso no podemos desear el éxito de sus armas.
Pero la nuestra es una posición única. Resistimos al imperialismo británico no menos que al nazismo. Si hay alguna diferencia, será muy pequeña. Una quinta parte de la raza humana ha sido aplastada bajo la bota británica empleando medios que no superan el menor examen. Ahora bien, nuestra resistencia no significa daño para el pueblo británico. Tratamos de convertirlos, no de derrotarlos en el campo de batalla. La nuestra es una rebelión no armada contra el gobierno británico. Pero los convirtamos o no, estamos totalmente decididos a conseguir que su gobierno sea imposible mediante la no colaboración no violenta. Es un método invencible por naturaleza. Se basa en el conocimiento de que ningún expoliador puede lograr sus fines sin un cierto grado de colaboración, voluntaria u obligatoria, por parte de la víctima. Nuestros gobernantes pueden poseer nuestra tierra y nuestros cuerpos, pero no nuestras almas. Pueden tener lo primero sólo si destruyen por completo a todos los indios: hombres, mujeres y niños. Es cierto que no todos podrán llegar a tal grado de heroísmo, y que una buena dosis de temor puede doblegar la revolución; pero eso es irrelevante. Pues si en la India hay un número suficiente de hombres y mujeres que están dispuestos, sin ninguna mala voluntad contra los expoliadores, a entregar sus vidas antes que doblar la rodilla ante ellos, habrán mostrado el camino hacia la libertad de la tiranía de la violencia. Le pido que me crea cuando digo que encontrará usted un inesperado número de tales hombres y mujeres en la India. Durante los últimos veinte años han estado formándose para ello.
Durante el último medio siglo hemos estado intentando liberarnos del gobierno británico. El movimiento por la independencia no ha sido nunca tan fuerte como ahora. El Congreso Nacional Indio, que es la organización política más poderosa, está tratando de conseguir este fin. Hemos logrado un éxito muy apreciable por medio del esfuerzo no violento. Estamos buscando los medios correctos para combatir la violencia más organizada en el mundo, representada por el poder británico. Usted le ha desafiado. Ahora queda por ver cuál es el mejor organizado: el alemán o el británico. Sabemos lo que la bota británica significa para nosotros y las razas no europeas del mundo. Pero nunca desearíamos poner fin al gobierno británico con la ayuda de Alemania. En la no violencia hemos encontrado una fuerza que, si está organizada, sin duda alguna puede enfrentarse a una combinación de todas las fuerzas más violentas del mundo. En la técnica no violenta, como he dicho, no existe la derrota. Todo es «Vencer o morir» sin matar ni hacer daño. Se puede usar prácticamente sin dinero y, claro está, sin la ayuda de la ciencia de la destrucción que tanto han perfeccionado ustedes.
Me asombra que no perciba usted que esa ciencia no es monopolio de nadie. Si no son los ingleses, será otra potencia la que ciertamente mejorará el método y le vencerá con sus propias armas. Además, no está dejando a su pueblo un legado del que pueda sentirse orgulloso, pues no podrá sentirse orgulloso de recitar una larga lista de crueldades, por muy hábilmente que hayan sido planeadas.
Por consiguiente, apelo a usted, en nombre de la humanidad, para que detenga la guerra. No perderá nada si pone todos los asuntos en litigio entre usted y Gran Bretaña en manos de un tribunal internacional elegido de común acuerdo. Si tiene éxito en la guerra, ello no probará que usted tenía razón. Sólo probará que su poder de destrucción era mayor. Por el contrario, una sentencia de un tribunal imparcial mostrará, en la medida en que es humanamente posible, cuál de las partes tenía razón.
Sabe que, no hace mucho tiempo, hice un llamamiento a todos los ingleses para que aceptaran mi método de resistencia no violenta. Lo hice porque los ingleses saben que soy un amigo, pese a ser un rebelde. Soy un desconocido para usted y para su pueblo. No tengo coraje suficiente para hacerle el llamamiento que hice a todos los ingleses, aunque se aplica con la misma fuerza a usted que a los británicos.
Durante esta estación, cuando los corazones de los pueblos de Europa ansían la paz, hemos suspendido incluso nuestra pacífica lucha. ¿Es demasiado pedir que haga un esfuerzo por la paz en un tiempo que tal vez no signifique nada para usted personalmente, pero que tiene que significar mucho para los millones de europeos cuyo mudo grito de paz oigo, pues mis oídos pueden escuchar la voz de millones de personas mudas?

Fuente: Abadia digital

viernes, 22 de octubre de 2010

El dia mas triste en la Formula 1

El 29 de junio probablemente, fue uno de los días más tristes de la Fórmula 1. Roger Williamson corría su segunda carrera. El Gran Premio de Holanda en el circuito de Zandvoort, que había vuelto a la Fórmula 1 tras ser apartado del calendario del año previo para ser sometido a mejoras de seguridad, que incluían nuevo asfalto del circuito, nuevas barreras y la creación de una torre de vigilancia del circuito.

Durante la carrera, uno de los neumáticos de Williamson sufrió un reventón. Impactando contra las barreras, catapultado a una distancia de 275 metros por la pista y acabar finalmente boca abajo, después de que el depósito de combustible se incendiase debido al roce contra el suelo.


David Purley, amigo de Williamson, aunque no compañero de escudería, salió de su propio coche en un intento desesperado de salvar al piloto accidentado. Williamson no había sido herido de gravedad, y se lo llegó a oír gritando que le sacaran del coche, mientras Purley intentaba en vano voltear el coche volcado. En principio, los comentaristas de la televisión holandesa, el control de carrera y algunos otros pilotos asumieron que fue el coche de Purley el que sufrió el accidente, y que el piloto había escapado indemne, lo cual resultó en que la carrera prosiguió con total normalidad.

Los comisarios de la esquina donde había ocurrido el accidente estaban mal entrenados y equipados, de modo que fue el propio Purley quien debió usar el extintor para tratar de apagar el fuego. La vestimenta de los comisarios no era ignífuga, de modo que éstos se limitaron a esperar a que llegase el camión de bomberos mientras la carrera seguía en progreso. El fuego fue relativamente débil durante tres minutos, tiempo suficiente para voltear el coche y sacar a Williamson, pero Purley no podía hacerlo solo.

En lo que ha sido considerado como el aspecto más impactante del incidente, uno de los comisarios intentó alejar a Purley de allí mientras Williamson permanecía atrapado e indefenso. Algunos espectadores, ante la indiferencia de los comisarios, intentaron saltar las vallas de seguridad y entrar al circuito, pero les fue impedido por el personal de seguridad, que empleó perros.


Para cuando el camión de bomberos llegó, Williamson había muerto. Los comisarios se limitaron a colocar un manto blanco sobre los restos del coche y dejar que continuara la carrera.

Probablemente, éste fue uno de los días más tristes de la Fórmula 1.

La pérdida de Williamson fue representativa de las muertes o lesiones de muchos pilotos de la época, y fue la primera vez que un evento tan trágico era retransmitido por televisión para un público tan amplio.


Varias fotografías de las tomadas por Cor Mooji de los intentos de David Purley por salvar a Williamson obtuvieron el premio World Press Photo de deportes en 1974.


Vídeo completo con el sonido original de la retransmisión de la televisión holandesa

martes, 7 de septiembre de 2010

Un atleta de hace 2 mil años fue el deportista más rico: amasó U$S 15 mil millones



En septiembre de 2009 la revista Forbes atribuyó el título de la celebridad deportiva más adinerada a Tiger Woods. El golfista estadounidense fue proclamado el primer atleta cuya fortuna había logrado superar la meta de los 1.000 millones de dólares.

Sin embargo, un año después, el profesor Peter Struck, de la Universidad de Pennsylvania (EE. UU.), presentó resultados de una investigación que privaron de ese título honorífico a Woods.

Struck probó que el deportista más rico de todos los tiempos fue Gaius Appuleius Diocles, el conductor de carros más famoso de la Roma Antigua. Durante su carrera logró ganar 35.863.120 sestercios, lo que equivaldría hoy en día a unos 15.000 millones de dólares.

Diocles nació en el año 104 en Lusitania (territorio que hoy en día corresponde a Portugal y el sudoeste de España) y en 122, a la edad de 18 años, se dedicó a los deportes profesionales.

Igual que en la Fórmula 1, los participantes de carreras de carros se dividían en grupos según colores. En la época de Diocles eran seis: blanco, verde, rojo, azul, púrpura y dorado. El legendario auriga comenzó como ‘conductor de caballos’ con ‘los blancos’, pero al principio no destacó. Su primera carrera la ganó sólo al cabo de dos años. Dos años más y se cambió a ‘los verdes’. Pero su momento cumbre llegó con su traspaso a ‘los rojos’ a la edad de 27 años. Permaneció fiel a este equipo hasta su retiro a los 42 años.

Diocles no fue plusmarquista por el número de victorias. De sus 4.247 carreras ganó 1.462 y se quedó con la medalla de plata en 861 casos, mientras que, por ejemplo, Pompeius Muzclos llegó primero en 3.599 ocasiones. Pero sí fue el mejor pagado: se sabe que tardó 29 carreras en ganar 1.450.000 sestercios (unos 606 millones de dólares).

La lápida instalada en el año 146 en honor del deportista por sus admiradores en el Circo de Nerón, en el actual Vaticano, donde compitió miles de veces detalla sus tácticas de victoria: ganó 815 veces liderando la carrera desde el principio, en 67 ocasiones cuando se apresuraba al quedar poco para finalizar la prueba, y en 36 cuando lo hacía justo en la recta final.

Se jubiló a la edad de 42 años, y al poco tiempo falleció. Los expertos comentan que su vida fue extremadamente larga para el tipo de deporte que practicaba. La mayoría perecía de muy jóvenes a causa de las peculiaridades técnicas de la competición.

Fuente: rt.com  /solitariogeorge.com

jueves, 22 de julio de 2010

Rico Mc. Pato de lustrabotas a magnate minero y zar de las finanzas

 
Mi salud comenzaba a flaquear tras varios meses de trabajo febril. Mi médico, preocupado por unos incipientes síntomas de burn out, me había aconsejado: "Tanto management le está quemando la cabeza. Tómese una semana de vacaciones para despejarse".

Así, daikiri en mano, estaba yo bronceándome en una de las bellísimas playas de Patolandia, cuando una voz inconfundible me despertó de mi letargo: "Sjjeñor Ajjssst, un gujjjsto saludarjrjlo".

Era el mismísimo Pato Donald. Me llevó varios minutos descifrar las intenciones de tan ilustre (e incomprensible) personaje. Pero finalmente entendí que pretendía invitarme a visitar a su multimillonario tío.

Sé que mi médico me reprochará la decisión. Pero, ¿cómo dejar pasar la oportunidad de entrevistar a esta imponente figura de los negocios globales?

Según el ranking 2007 de Forbes, Tío Rico (o Scrooge McDuck, por su nombre en inglés) acumula un patrimonio de más de 28 mil millones de dólares (es, por lejos, el pato más rico del planeta).

Tras una ducha rápida en mi hotel, Donald me condujo en limusina a la impresionante mansión de su tío, quien me recibió en un lujoso despacho empapelado con símbolos de dólar.

Al parecer, acababa de salir de uno de sus célebres baños en monedas de oro (de hecho, algunas monedas se le habían quedado enredadas en las patillas).

Tras los saludos de rigor, disparé:

Federico Ast : Cuénteme sobre sus orígenes... ¿Cómo empezó su trayectoria en los negocios?

Tío Rico : Nací en Glasgow, Escocia, en un hogar obrero de proverbial miseria. Un buen día, mientras trabajaba como lustrabotas, un cliente me pagó con una moneda de diez centavos de dólar. Yo lo maldije. ¿De qué me servía esa moneda en el viejo terruño?

Y, sin embargo, aquella moneda cambió mi vida. "¿Por qué no probar suerte en el nuevo mundo?", me dije. Tenía yo trece años cuando, sin un centavo en el bolsillo, me enrolé como marinero en un barco de carga hacia los Estados Unidos.

Federico Ast : Y allí empezó a trabajar en minería...

Tío Rico : En realidad, mi primer emprendimiento estuvo vinculado con la ganadería. Una pésima elección. Bajos márgenes, grandes fluctuaciones de precios. Demasiado riesgo por pocos beneficios.

Mientras yo luchaba por mantenerme a flote, un factor disruptivo revolucionó el ambiente de negocios: la fiebre del oro en el oeste.

Liquidé mi empresa y me uní a los miles de jóvenes ambiciosos que viajaban al Klondike, el Silicon Valley de aquellos tiempos.

Pero, al principio, mi proyecto minero no fue por mejor camino que mi emprendimiento agropecuario. Al fin y al cabo, yo era uno más entre tantos otros miles que, con pico y pala, pretendían forjar una rápida fortuna.

Ahora bien. Dígame usted: ¿dónde hay una oportunidad rentable en este escenario?

Federico Ast : Sinceramente, no se me ocurre una respuesta. Parece un mercado saturado.

Tío Rico: Eso es porque usted no es tan brillante como yo. Desde luego, el negocio no estaba en la extracción sino en el B2B.

Así, fundé una compañía de provisión de soluciones integrales para corporaciones mineras. Es decir, me convertí en proveedor de toda clase de productos y servicios: picos, palas, alimentos, consultoría geológica, análisis de riesgos, etc.

Mi propuesta de valor era inigualable. Pronto arrasé con unos pocos competidores débiles y dispersos. Por delante, un océano azul prácticamente monopólico. De esta forma, a los 32 años, alcancé mi primer millón.

Federico Ast : Brillante, realmente. ¿Cómo fue el proceso de expansión internacional de su empresa?

Tío Rico : Aquí no hay demasiado secreto. El paso más evidente consistía en aprovechar la expertise para ofrecer el mismo servicio a corporaciones mineras de otros países.

Algunos años después, con el negocio consolidado, aposté por la integración vertical hacia adelante, fundando mi propia compañía de exploración y extracción.

Gané concesiones de explotación de yacimientos en Australia y Sudáfrica. Pronto me convertí en el empresario minero más influyente del mundo. Mi empr...

Federico Ast : Disculpe la interrupción... Quisiera profundizar un poco en este punto. Se han corrido rumores de que usted ha ganado aquellas licitaciones mediante maniobras, ehh... Non sanctas, por decirlo de alguna manera.

Tío Rico (visiblemente fastidiado) : Mire, el mundo de los altos negocios es una jungla. Y usted es demasiado idealista. Es todo lo que diré al respecto. Sigamos adelante, por favor.

Federico Ast (conteniendo un impulso irresistible de repreguntar sobre la cuestión): ¿Cómo realizó la transición desde la actividad minera hacia las finanzas?

Tío Rico : Hasta un niño sabe que nunca conviene poner todos los huevos en un canasta. Y mucho menos, si esta canasta es un negocio de commodities sometido a violentas fluctuaciones de los precios internacionales.

Mi corporación era un gigante con pies de barro. Así, para reducir riesgos, armé un fondo de inversión que se convirtió en el cerebro de mi holding.

A través de este brazo financiero, diversifiqué mi portafolio hacia una multitud de negocios que sería demasiado largo enumerar.

Pero, para que tenga una idea, prácticamente todo lo que usted ha consumido desde su llegada a Patolandia fue producido por alguna de mis empresas.

Federico Ast : Bien... Si me permite una pregunta de índole más personal. ¿Ha pensado en retirarse?

Tío Rico (enérgico): ¡Jamás! Yo soy un apasionado por HACER. Y seguiré trabajando quince horas diarias hasta el último día de mi vida.

(De pronto, su rostro se ensombreció)

Aunque es cierto que no viviré por siempre. Algunos años atrás, hemos diseñado un plan de sucesión para una transición ordenada el día en que yo ya no esté. Si bien dirijo una corporación global, en el fondo somos una empresa familiar. Y quiero que mi familia siga con mi obra.

Federico Ast : ¿Dejará la empresa en manos de su sobrino Donald?

Tío Rico (desquiciado) : ¿Está usted loco? ¿Dejar la obra de mi vida en manos de un incompetente al que no le entiendo ni la mitad de lo que dice? ¿Usted se lo imagina en una reunión de directorio discutiendo la "esjjtragsgia de la empresjsjsa"? ¿Qué clase de respeto podría tener un líder de estas características?

(La imitación me pareció asombrosamente cruel, sobre todo, teniendo en cuenta que Donald se encontraba en la habitación)

La empresa quedará en manos de Hugo, Paco y Luis, los directores de las tres principales unidades de la organización.

Federico Ast : ¿Pero cuál de los tres será el CEO?

Tío Rico : Lo siento, pero eso es confidencial. (Tío Rico miró su Rolex). Bien, se está haciendo tarde y es hora de otro baño en monedas de oro. Puede hacerme una última pregunta.

Federico Ast : Delante de mí, tengo a uno de los empresarios más exitosos de todos los tiempos. Desde la nada, usted construyó una de las corporaciones top de Fortune 500. Usted es realmente un pato que se hizo a sí mismo.

Aunque también veo a un personaje solitario y adicto al trabajo. ¿Se arrepiente de algo?

Tío Rico (tras un largo suspiro): La vida es una elección constante, señor Ast. Y el camino que escogí exige una dedicación absoluta...

Federico Ast : Pero usted tiene más dinero del que cualquiera pueda gastar en varias vidas. ¿Por qué sigue trabajando tantas horas?

Tío Rico: Es evidente que usted sigue sin entender. No se trata de dinero. Mi empresa es mi sello en este mundo, es mi legado... En definitiva, mi nombre impreso en cientos de productos es el testimonio que dirá que yo he vivido. 
 
Via: Federico Ast.

domingo, 18 de julio de 2010

La pequeña mujer más triste del mundo



Podía viajar en una maleta, ir de compras dentro la cesta, escalar sólo arbolitos navideños, vivir en la casa de las muñecas: Lucía Zárate era la mujer más pequeña del mundo. Nada mínimo estuvo vedado a su dimensión de apenas cincuenta centímetros, pero le encomendaron una grande hazaña: salir de los bolsillos de su madre a los escenarios donde se triunfa a costa de cualquier expediente, donde la misma dignidad es mero recurso escénico, donde una enana triste es la muñeca que baila para el zar de Rusia, y en una aldea miserable de una isla remota irán a verla, con sus trajes domingueros, los gigantes implacables.



Así lo anunciaron los voceadores de periódicos:


-¡Desde Liliput, Lucía Zárate!
-¡Véala hoy en el teatro de Lazcano!
-¡En el coliseo de la calle Oriente, una enana!
-¡Lucía Zárate, del circo Barnum, esta noche vea a la mujer más pequeña del mundo!

Era el 2 de mayo de 1880. Ese día salió al proscenio, luego de una larga travesía de amarguras, Lucía Zárate, la mujercita de medio metro y cinco libras de cuerpo, la benjamina de toda la humanidad ínfima, ilustre huésped de la Villa de Sagua la Grande.





De los periódicos


La Srita. Lucía Zárate, la persona más pequeña y de menos peso del mundo, nació en San Carlos, pueblecillo á 6 leguas al norte de Veracruz (México) á 2 de Enero de 1864.

A su nacimiento medía 7 pulgadas, ningún hombre de ciencia la juzgó viable. Sin embargo, vivió y creció hasta la edad de ocho años, desde cuya fecha permanece en el estado actual. Es de un génio apacible: alegre y risueña siempre, gusta mucho de los niños, de los juguetes y de la música.

Jamás ha estado enferma, y ni aún el cambio de la adolescencia a la edad núbil, le originó malestar alguno. Sus padres son bien proporcionados y robustos, pesando respectivamente 180 y 160 libras.

En cuantas ciudades ha recorrido en los Estados Unidos y Méjico, se ha declarado no existir en el mundo ningún ser humano que sea más pequeño que ella, ni que aún siendo mayor esté mejor proporcionado.

¡Es lo que puede llamarse una verdadera maravilla!






La carrera de la estrella


A Lucía se le murió Miguel -el hermano- muy jovencito. En muchos años no podría mirarle la cara a nadie de su tamaño. A sus padres ocasionó abundantes quebraderos de cabeza. Que sobreviviese a la infancia, tan minúscula, fue un verdadero milagro. Ninguna pitonisa de su pueblo fue consultada sobre el destino de Lucía: la enana de los Zárate vivía de préstamo. ¿Quién habría de suponer, siquiera en un delirio, que se convertiría en la estrella circense mejor pagada de los Estados Unidos?

Fue la sagacidad política el detonante de la carrera de Lucía. Teodoro Dehesa, futuro gobernador de Veracruz, no cabía en el gozo del hallazgo.

-Llévenla a México –sentenció-, será famosa.

Es que Lucía Zárate, aunque nadie se lo hubiese declarado todavía, era una gloria nacional. El respetable Porfirio, que no perdía el tiempo en frivolidades, la recibió en el despacho presidencial; la hizo sentar a la mesa de palacio; mejor dicho –vale la pena dejarlo claro-, la sentó sobre la mesa y le obsequió su conversación de hombre de mundo. Lucía asentía; callaba; le costaba mucho sonreír. No lo aprendería en muchos años de estrellato circense la estrella más pequeña del mundo.

Fue un americano el que la llevó a la Feria del Centenario, en Filadelfia. Los Estados Unidos cumplían un siglo, y entre tanta euforia de máquinas y vanidades técnicas se presentaba, en su desconcertado mutismo, Lucía Zárate. Pronto se acostumbraría a ser escrutada. Cuatro años después ingresaría en el circo de Barnum.






Las fotos de la tristeza


Tomasa, la madre, tiene cara de villana. Dios la perdone: dicen que se resistió a aprobar que su hija fuese saltimbanqui de los circos yanquis. Injusto no querría parecer, pero muy bien aprovecharon estos Zárate de talla normal y buenos lomos los dineros de la enana de la casa. Un rancho en Chihuahua y otro en Veracruz. Buen saldo.

En ninguna de las fotos conocidas Lucía sonríe. Ni siquiera cuando aparece junto al General Mite. Fue una mujer triste. La propaganda la describía como una muñequita alegre. Entiendo que nadie iría nunca al teatro para ver una miniatura que se enjuga lágrimas imperceptibles, sollozando a la intemperie como una gatita desolada.

El espectáculo parecía sencillo, improvisado. Pero de seguro fue una gran actriz la pequeña Lucía Zárate. Fingirse alegre es un mérito exclusivo de los tristes. La felicidad no genera filosofías ni produce grandes artistas.






Reality show de Lucía Zárate


En aquel circo no hubo espectáculo más sobrio que este de Lucía Zárate. El gran embustero que fue P. T. Barnum –el ingenioso “creador” de la enfermera sesquicentenaria de George Washington y de la sirena de Fiji- no tuvo que mover demasiada tramoya para garantizar público a Lucía. La enana se bastaba a sí misma. Aparecía en una salita, haciendo vida hogareña con el General Mite. Otras veces, por lo grotesco del contraste, salía a la escena junto a Chang, un chino de dos metros y ademanes torpes.

Lucía, aparentemente, no interpretaba más que a la misma Lucía. Y esto es cierto: representaba a Lucía como si ésta fuese cualquier hija de vecino con apetecibles pantorrillas. En esta naturalidad –desnaturalizada- residía el éxito del reality show de Lucía Zárate.






El General Mite


Un enano de 22 pulgadas. Le atribuyen un amorío con Lucía Zárate. Fue su único partenaire simétrico. Había armonía física entre ellos. En lo del romance, sin embargo, hay mucho de mito y más de propaganda circense a la manera festinada de un Míster Barnum.

El General Mite fue desbancado de su primacía absoluta en el circo de pigmeos a raíz de la aparición de Lucía, por 1876. Compartió la escena con ella, pero nunca recuperó la condición de mimado que antes ostentaba. La gloria se la mereció Lucía. Tal vez el General Mite nunca se lo perdonó.

Por otra parte, Lucía, aunque diminuta, era una mujer entera. ¿A qué amar un enano si por todos lados había hombres? Suena monstruoso, pero el amor casi siempre descarta a los homólogos.






Sagua se regocija por Lucía


Era domingo. El día anterior desembarcó la Compañía Liliputiense de Ópera. No viajaban tan ligero como pudiera pensarse por las dimensiones del personal: Lucía venía con sus padres, alguno de sus hermanos, su asistente, unas cajas de comida tolerable para su frágil constitución, baulitos de ropas, joyas mínimas.

Don Manuel González Osma, el alcalde de turno, recibió a Lucía y a sus parientes en la casa consistorial. Fueron preparadas las mejores habitaciones del hotel Telégrafo. Sagua se regocijó con la visita de la mujer más pequeña del mundo. Lucía, que ya empezaba a acostumbrarse a la curiosidad ajena, permaneció inconmovible, siempre perpleja. En el teatro “Lazcano” tuvo su apoteosis la noche del domingo 2 de mayo de 1880: cientos de personas pugnaban por entrar. Rebosaron de oro las maletas de Barnum, algo correspondió también a la familia Zárate. Pensaron en grande, otra vez: ese mismo año se llevaron la pequeña a Europa.

Luego llegaron hasta aquí los ecos de la triunfante gira: la reina Victoria recibió a Lucía ante una escalerilla, para no violentar el ceremonial cortesano; anduvo la liliputiense por Francia e Italia; en Rusia, hizo palmotear al zar. Pasaron diez años. La novela se incrementó: hubo intentos de secuestro, viajes fatigosos por ciudades remotas. Nunca volvió a Sagua. Un día se supo -la prensa sensacional de siempre- que había muerto por accidente, en un tren varado en medio de la nieve, la mujer más pequeña del mundo. Casi nadie recordaba su nombre de pila, ni su apellido. Los memoriosos acaso reconstruyeron la silueta de una enana de nariz grande, con los ojos bien abiertos, tristes.

Lucía Zárate murió de hipotermia el 28 de enero de 1890; muy frío se le palpó el corazón bajo la muselina del traje. Hoy se sabe que los anuncios mentían, no jugaba con nadie, ni experimentó un amor verdadero por el otro pigmeo, Mite. Se sabe que vivía apretada en aquel cuerpo, que no le cabía la tristeza en ese cuerpo pequeño a la mujer más triste del mundo.

lunes, 5 de julio de 2010

Valientes en primera línea del frente

Independientemente de sus ideologías, llevaron a cabo algunas de las acciones más heroicas de la guerra.
Estos son algunos de los verdaderos protagonistas de la contienda:
  • VASSILI ZAITSEV

    El mito de la resistencia rusa. Entre la leyenda y la realidad, el francotirador más famoso del mundo alentó a sus camaradas en la batalla de Stalingrado ejecutando desde las sombras a entre 150 y 250 alemanes. Uno de ellos, Heinz Thorwald, director de la escuela de francotiradores de Zossen, enviado para abatir a Zaitsev. El duelo definitivo tuvo lugar en una fábrica cercana a la colina del Mamaev Kurgan. Escondido, Thorwald delató su posición con un certero disparo cuando el ayudante de Zaitsev levantó su casco. Al levantar su cabeza fue abatido por el galardonado Héroe de la URSS.

  • GÜNTHER PRIEN

    La batalla del Atlántico se libró entre las 'manadas de lobos' de los submarinos alemanes y los destructores británicos que protegían los convoyes llegados desde ultramar. Pero algunas acciones aisladas pasarían a la Historia por su osadía. Al mando del U-47, Günther Prien se adentró bajo el manto de la noche en la base de Scapa Flow, Escocia, principal enclave de la flota británica gracias a su lejanía del continente. Allí hundió por sorpresa el acorazado HMS Royal Oak, logro por el que recibió la Cruz de Hierro de manos de Hitler. En 1941 moriría junto a los 45 hombres de su tripulación en una patrulla.

  • MICHAEL WITTMAN

    El joven Wittman luchó prácticamente en todos los frentes abiertos por Alemania al mando de distintos carros de combate, de Polonia a Francia, en 1944. Fue en Rusia donde cobró protagonismo al enfrentarse en varias ocasiones a escuadras de tanques que superaban ampliamente su número, destruyendo en alguna escaramuza media docena de T-34. Murió cerca de Caen sin haber cumplido los 30. La torreta de su Tiger saltó por los aires, no se sabe si por un ataque aéreo o por el disparo de otro tanque. Su Cruz de Caballero con Espadas coronó una lista de cientos de carros y cañones destruidos.

  • ERICH HARTMANN

    El 'Diablo Negro' abatió 352 aviones durante la Segunda Guerra Mundial, cifra que le encumbró como el mayor as de la contienda. Todos sus derribos tuvieron lugar en el frente del Este, donde lideró la Jagdgeschwader 52 (JG52), una de las unidades más célebres de la guerra. Su apodo, puesto por los rusos por la pintura negra del morro de su BF-109, hizo de él una celebridad y chivo expiatorio de Moscú al acabar la guerra. Entregado por los aliados, pasó 10 años en el Gulag antes de ser liberado. Muerto en 1993, cuatro años después Rusia reconoció que su juicio fue ilegal.

  • RICHARD WINTERS

    El protagonista de la serie 'Hermanos de Sangre', miembro de la compañía Easy, tomó el mando de sus hombres el primer día de la batalla de Normandía por la muerte de su superior en la ofensiva aerotransportada de la 101. Una de sus primeras acciones fue la conocida como 'Asalto a Brécourt Manor', donde tomó varios cañones de 105 mm. en un ataque que aún se estudia en las academias estadounidenses. Después combatió en la operación Market Garden y en la defensa de Las Ardenas. No recibió la Medalla de Honor pese a su fama.

  • OTTO SKORZENY

    'Cara Cortada' fue uno de los miembros más notorios de las SS, y no sólo por las cicatrices de su cara, provocadas por la afición a la esgrima del austriaco. Experto en acciones de comandos, en 1943 Hitler lo eligió para liberar a Mussolini. Ante la peligrosidad de la misión, Skorzeny ideó un asalto con paracaidistas. Fue todo un éxito, y después fue elegido para otras operaciones como asesinar al líder de los partisanos yugoslavos, Tito, en la que sí fracasó, e infiltrar cientos de soldados falsos entre los aliados. Pasó el resto de su vida contando sus hazañas exiliado en Mallorca. Murió en Madrid en 1975.

  • JOHN BASKEYFIELD

    La operación Market Garden fue un sonoro fracaso de Montgomery para intentar alcanzar Alemania antes de navidades de 1944 mediante la toma de un corredor con tropas aerotransportadas. Uno de sus héroes fue John Baskeyfield, quien recibió la Cruz de la Victoria por su desesperada acción en Oosterbeek. Allí, herido gravemente, operó sólo un cañón antitanque, dejando acercarse a menos de 100 metros a dos Tiger y un cañón autopropulsado para destruirlos. Después fue abatido.

  • HIROO ONODA

    Un personaje representativo del síndrome Kachigani, igual que Shoichi Yokoi. Onoda luchó en la isla filipina de Lubang, donde se internó en la selva al ser ocupada por los estadounidenses. Desaparecido en combate, fue hallado por un turista japonés en 1974, quien intentó convencerle de que la guerra había acabado. Cabezón y sensible al sentido del honor, dijo que sólo un superior le podía ordenar volver a casa, así que su antiguo jefe, convertido en librero, tuvo que volver a la isla para que se incorporase a la vida civil.

  • DAVID NIVEN

    El 'gentleman' y memorable actor británico sirvió a su país como comando durante la IIGM. Nunca habló mucho del tema por respeto a las decenas de miles de compañeros suyos que murieron en Normandía y Las Ardenas, aunque su papel en la guerra fue crucial: introdujo a Sir Robert Edward Laycock en los comandos (SAS), siendo éste uno de los grandes líderes de este cuerpo con importantísimas misiones en el Mediterráneo, como el intento de asesinato de Rommel. Niven, por su parte, fue miembro de la Unidad Fantasma organizada por Eisenhower para conocer el despliegue alemán en Francia.

  • Yakov Pavlov

    Otro distinguido Héroe de la Unión Soviética. Líder de una sección de reconocimiento, tomó unos edificios de viviendas en Stalingrado en septiembre de 1942 y resistió los ataques alemanes hasta la liberación de la ciudad a principios de 1943. Orden de Lenin y más medallas más, la 'Casa Pavlov' es un escenario típico de juegos y películas de la Segunda Guerra Mundial.

  • JUAN PUJOL GARCÍA

    Si el espía Richard Sorge fue clave para que la Unión Soviética no temiese un ataque japonés, este barcelonés harto de los autoritarismos fue vital en el éxito del desembarco de Normandía. Combatiente republicano, desertó al bando de Franco, y poco tardó en repudiar también a los 'nacionales'. 'Garbo' se ofreció entonces a la embajada británica de Lisboa para espiar a los alemanes, siendo el agente doble que convenció a Hitler de que los Aliados desembarcarían por Calais, a 250 km. de Normandía, gracias a una red de 27 agentes imaginarios. La 'operación Fortaleza' fue la mayor mentira de la guerra.

  • GUNTHER LUTJENS

    «Hundid el Bismarck». El acorazado de 42.000 toneladas logró en 1941 lo que no había hecho una flota entera antes: poner en jaque a la Royal Navy. Su misión, una correría de tres meses por el Atlántico Norte. Su primer combate, contra el HMS Hood, la joya de la corona del enemigo. En tres minutos lo partió en dos, aunque ello le hizo morir de éxito. Herido por tres impactos y con poco combustible, su capitán Lindemann se mostró a favor de volver a Alemania, pero el almirante Lütjens obedeció a las presiones de Berlín y continuó la patrulla. Sobrevivieron 115 de 2.200 hombres al ser interceptados. 

  • DOUGLAS BADER

    'Piernas de hojalata' Bader se apuntó una treintena de victorias en la batalla de Inglaterra... combatiendo con piernas ortopédicas. El piloto perdió sus dos miembros al estrellarse durante unas acrobacias en 1931, hecho que no le impidió superar una prueba para volver al Ejército en 1939. En 1940 sufrió otro accidente que hubiera supuesto amputarle las piernas, pues sus prótesis quedaron desfiguradas bajo los mandos del avión. Cuando fue capturado por los alemanes en 1941, el as alemán Adolf Galland permitió que un avión británico les lanzase en paracaídas unas prótesis nuevas.